Globos con dedicatoria Ha sido una semana de intensas y prolongadas gestiones administrativas: bancos, administrador, comunidad, Diputación, notaría y algunas más. Son esos lugares que, antes de acudir, te preguntas si habrá alguna forma de evitarlos. Pero al final comprendes que no queda otra, y debes enfrentarte, como si fuera un examen ineludible, a citas, formularios, colas, procedimientos, esperas y todo lo que cada sitio exige. En esos momentos, el mejor antídoto es armarse de paciencia y dejar que la atención se disperse en lo que te rodea: observar los edificios como si fuera la primera vez que entras, leer carteles cuyo propósito, al terminar, te cuesta comprender, y, por supuesto, escuchar las conversaciones ajenas que se deslizan a tu alrededor, a veces con ese tono que parece invitarnos a enterarnos. En mi caso, que suelo escuchar poco, a veces me dan ganas de pedir que repitan, porque no me he enterado. Últimamente, sin mucho entusiasmo, suelo sonreír y encoger los h...