Ir al contenido principal

Centro Cultural Mirador del Carmen: la piedra hecha memoria

 

Centro Cultural Mirador del Carmen: la piedra hecha memoria



Autor de la escultura: Juan Miguel Quiñones

Propuesta Cultural

Desde que crucé la puerta del Centro Cultural Mirador del Carmen supe que me esperaba una experiencia distinta. El propio folleto ya lo anunciaba: portada blanca, una ilustración alegórica con apenas colores, el nombre del autor, dos palabras que definían la exposición y, cerrando, el logotipo azul oscuro del Ayuntamiento de Estepona. Un minimalismo que decía mucho antes de entrar.

El recorrido comienza desde lo alto, para después adentrarse en un pasillo con pequeños cuadros: bocetos y materiales que anticipan lo que veremos. Una leyenda sobre el autor y la motivación de la muestra introduce la esencia de su práctica escultórica: un hacer manual, intuitivo, donde el riesgo y la repetición forman parte inseparable del oficio.

Autor de la escultura: Juan Miguel Quiñones



Quiñones, sin formación académica en Bellas Artes, trabaja la piedra con el saber transmitido por generaciones. Recupera procedimientos ancestrales como la incrustación en piedra —una de las técnicas decorativas más antiguas del arte— y los transforma en un lenguaje escultórico propio.

Sus referentes se remontan a la intarsia lapidaria, tradición que floreció en la Roma del siglo XVI, se consolidó en la Florencia de los Médici y alcanzó un nuevo auge en la corte de Carlos VII con el Real Laboratorio de Piedras Duras de Nápoles. Este linaje resuena en las vitrinas del Museo del Prado, donde se conserva el Tesoro del Delfín, fuente de inspiración para el artista y verdadero “templo de culto” en su aprendizaje.

La muestra se convierte en una lección abierta a todas las edades: materiales nobles llegados de medio mundo se transforman en objetos cotidianos. Un mármol gris brasileño da forma a una PlayStation; el lapislázuli pakistaní, a una Game Boy; el granito azul Bahía, a una jirafa de feria; el mármol blanco Thassos, a muñecos de nieve. También hay mármol rosa portugués, cuarzo verde de la India, alabastro y el negro Marquina extraído en el País Vasco.

Autor de la escultura: Juan Miguel Quiñones



El eje central es siempre la relación entre el artista y su ciudad. Las distintas salas organizan las piezas en un recorrido biográfico y urbanográfico por Estepona. Destaca el conjunto Punta de Plata, inspirado en la playa que marcó la adolescencia del escultor.

Al finalizar, queda la sensación de haber disfrutado de algo nuevo y fresco, un arte cercano y comprensible. Lo comprobé al conversar con otros visitantes: muchos expresaban su gratitud y hasta el deseo inmediato de adquirir alguna pieza. Una prueba de que Quiñones ha conseguido lo más difícil: que la piedra hable un lenguaje tan universal como humano. Permítame ¡Enhorabuena Maestro1

Autor de la escultura: Juan Miguel Quiñones- Vista parcial de una de las salas

Nota del autor del artículo:

Las fotografías de las obras aquí reproducidas se presentan con fines culturales y divulgativos. Autor de las esculturas: Juan Miguel Quiñones.


Comentarios

  1. Eres un referente en cultura. Gracias por este interesante artículo.

    ResponderEliminar
  2. Ana Barroso Molina26 de agosto de 2025, 6:27

    Muy interesante el artículo. Gracias por compartir tanta belleza

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Hice un amplio reportaje de las piezas porque me encantaban.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Más que pasteles: La historia de un lugar en el corazón de un pueblo

  Más que pasteles: La historia de un lugar en el corazón de un pueblo Deseo hablar de un gran negocio, de unos grandes profesionales, con una historia y trayectoria impecable. Han sido entrevistados innumerables veces y premiados otras tantas, son de fama reconocida y visitados desde toda la comarca. Sin embargo, continúo sintiendo la inquietud por contar, pero desconozco el qué. Dudo, como el niño que se aproxima a la vitrina y tiene que elegir uno de los dulces... Se siente observado por los adultos, y algo parecido experimento yo: un jubilado con su blog, una cámara de fotos al hombro, como si se tratara de un juego, un extraño entorpeciendo el desarrollo de un negocio. Pero observo. Observo a los clientes que esperan con paciencia en la fila, algunos charlan, otros miran con expectación las bandejas repletas de dulces. Es un ir y venir constante. Al principio, solo dos dependientes atienden con profesionalidad y calma. De pronto, son cinco. La cola se disuelve como por arte...

Balona: crónica de una tristeza anunciada

  Balona: crónica de una tristeza anunciada Gradas Estadio Municipal de La Línea Reconozco que el fútbol no me interesa más que en su aspecto histórico, algo de su aspecto deportivo y mucho de su influencia social. Por eso, quizá este escrito solo interesará a los menos. A aquellos que saben ver en un equipo de fútbol algo más que resultados. Y que saben también que perder partidos no siempre es lo más doloroso. A veces, lo que realmente duele es ver cómo se apaga el vínculo entre un club y su gente. En estos días, y especialmente después de la derrota en casa frente al Jerez, he conversado con personas que entienden de fútbol. Gente que ha seguido durante años a la Real Balompédica Linense, que ha vivido alegrías y frustraciones, y que ahora —dolorosamente— baja los brazos. Lo que me cuentan es desolador: que los jugadores, salvo un par de excepciones, no tienen el nivel; que han pasado tres entrenadores, lo que ya no permite culpar solo al banquillo; que el juego es tan pobre q...

La Línea: entre comercio y ocio

  La Línea: entre comercio y ocio El conflicto en torno al Mercado de Abastos de La Línea va más allá de tasas o metros cuadrados: refleja la encrucijada entre dos modelos de ciudad muy distintos. Un edificio necesario de rehabilitar He seguido con atención la trayectoria del mercado, no desde que comenzaron las obras de rehabilitación, sino mucho antes, casi desde sus comienzos. Históricamente parece que nació no con muy buenos signos, pero no me quiero desviar. Lo cierto es que, durante los años que lo conocí, no era un edificio que prestara unas condiciones adecuadas para el desarrollo de esas actividades. Su rehabilitación, por tanto, era una cuestión indiscutible. Dos razones enfrentadas Los acontecimientos posteriores, después de actualizar y revisar la información disponible, declaraciones escuchadas y publicadas, me llevan a pensar que las dos representaciones en litigio tienen razón. Cada una, con sus argumentos, expone verdades, y precisamente por eso se hace tan di...