Cuando no truena, también están
El refranero español, con su sabiduría popular, tiene expresiones que no envejecen. Una de las más certeras dice: "No nos acordamos de Santa Bárbara hasta que truena". Es un dicho aplicable a muchos contextos, pero hay un colectivo al que parece hecho a medida: los bomberos.
¿Con qué frecuencia pensamos en ellos en nuestro día a día? La mayoría de las veces, la respuesta es nunca. Hasta que algo sucede: un incendio, un accidente de tráfico, una vivienda inundada, un rescate imposible. Entonces sí, nos acordamos. Corremos a grabarlos, a aplaudir, a admirar la rapidez y el valor con el que actúan. Pero cuando todo vuelve a la calma, el olvido vuelve también.
Hace unos días tuve la oportunidad de presenciar una intervención distinta. No había fuego, ni humo, ni alarma. Era una actuación silenciosa, casi desapercibida, pero igual de necesaria: la limpieza de vegetación en la torre de la Iglesia de San Isidro, en Los Barrios. Las hierbas, con el tiempo, pueden deteriorar la piedra, abrir grietas, provocar desprendimientos. Y allí estaban ellos, imagino que a requerimiento del Ayuntamiento, con la misma precisión con la que manejan una manguera, retirando plantas para proteger un trozo de nuestra historia.
No es una labor menor, ni es anecdótica. Es parte de un trabajo diario que rara vez ocupa portadas, pero que sostiene silenciosamente muchas de las cosas que damos por sentadas: la seguridad, el patrimonio, incluso la tranquilidad. Son acciones como esta las que me hacen pensar que el verdadero heroísmo no siempre llega con sirenas.
La intervención de hoy me recordó que los bomberos no solo apagan fuegos. También limpian, revisan, inspeccionan, aconsejan, educan, y sobre todo, se adelantan. Previenen para que no tengamos que lamentar. Y todo esto lo hacen desde lo público, al servicio de todos, sin importar la hora ni el clima ni el riesgo.
Tal vez deberíamos acordarnos más de ellos. Tal vez deberíamos enseñar a los más pequeños que el uniforme del bombero no es solo símbolo de emergencia, sino de entrega. Que hay valor en lo cotidiano, y que no todo héroe lleva capa: algunos llevan casco, botas y una manguera, o una cuerda, o unas tijeras para cortar ramas.
Mientras terminaban la limpieza, la torre lucía mucho mejor. Aunque, como dice otro refrán, "nunca llueve a gusto de todos". Los cernícalos primillas que anidan en lo alto estaban visiblemente molestos, revoloteando sin parar. Pero nosotros, los que miramos desde abajo, deberíamos estar agradecidos. Porque una vez más, los bomberos estuvieron ahí. Sin trueno, sin drama, pero con la misma vocación de siempre.
| Bombero en acción | 
| Limpieza de un pequeño trozo | 
| Se aprecia la ocupación de ramas. | 
Dedicado al cuerpo de bomberos en general, y en particular, a mi amigo Jesús, de La Línea, que fue bombero.
ResponderEliminarCarmen: Es curioso,que algo tan frágil como las plantas puedan dañar a las piedras.
ResponderEliminarTienes razón, parece mentira, sin embargo, las raíces son fuertes y poderosas, capaces de mover edificaciones.
ResponderEliminarPaco Santos: En la tripulación de los buques petroleros la plaza de bombero se corresponde con la del colaborador fundamental en las operaciones de carga y descarga de los productos embarcados . Todos los tripulantes con responsabilidad en el manejo de las cargas recibimos cursos de formación en extinción de incendios , impartidos en instalaciones homologadas , normalmente Parques de Bomberos . Sabemos de los peligros a los que se enfrentan los profesionales y de su dedicación para inculcarnos como hacer frente en alta mar a los mismos . Atracados en refinerías siempre contamos con una brigada de intervención inmediata en tierra . Todo buque tanque dispone justo a la entrada de un plano guia para caso de que tengan que subir a combatir algun peligro , saber por donde orientarse . En instalaciones portuarias comerciales se organizan simulacros de situaciones de peligro en estrecha colaboración entre embarcaciones , personal del muelle y Equipos de Bomberos Profesionales . El apoyo de estos últimos siempre da confianza y seguridad en las operaciones . Los marinos tenemos mucho que agradecerles . Gracias , Santi , por recordarnos su abnegada e impagable labor .
ResponderEliminarEstupenda contribución, Paco, gracias a tu comentario sabemos más.
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