El poder de la Navidad
Siento una profunda emoción cada vez que me encuentro frente a un nacimiento. Es un sentimiento que me acompaña desde hace años, quizá desde niño, cuando formaba parte de las celebraciones navideñas más entrañables. Recuerdo con nitidez la esperada visita, el día 25, a casa de unos amigos que montaban su Belén cada año. Allí, mientras los mayores charlaban, cantaban, y brindaban con las bebidas típicas de la época—coñac, anís, Licor 43, y ese licor de menta que solían ofrecer a las mujeres con bromas—, yo me quedaba absorto frente al Belén. Durante largos minutos admiraba todas las piezas que lo componían. Era precioso. El caballero legionario Ángel y su hija desplegaban su imaginación cada año añadiendo nuevas escenas y detalles.
Tal vez desde entonces nació en mí esa afición por construir mi propio Belén, una tradición que he mantenido, año tras año, montándolo con ilusión cada 8 de diciembre. Aunque es cierto que en los últimos dos o tres años he dejado de hacerlo, por razones que quienes me conocen imaginan, sueño con retomar la costumbre algún día y poder transmitirles a mis nietos, si están dispuestos, ese entusiasmo que a mí tanto me llena.
Hoy, después de tantos años, sigo sintiendo las mismas emociones—o quizá más—cuando me detengo ante un nacimiento. Mi experiencia ha ido enriqueciéndose, especialmente tras visitar Tierra Santa hace un tiempo y dedicar más de 15 años al estudio del cristianismo, con un interés especial en la figura de Jesús, su mensaje, sus seguidores y el contexto que lo rodeó. Ha sido un aprendizaje apasionante y una fuente de grandes satisfacciones, al haber podido compartir respuestas con amigos que buscaban lo mismo que yo: un mayor entendimiento.
Sin embargo, aunque esta introducción pueda parecer extensa, no quería hablarles tanto de mí como de la Asociación Belenista Bethleem de La Línea, con motivo de la inauguración del magnífico nacimiento que han instalado en el Museo Cruz Herrera de nuestra ciudad. Es un motivo de alegría, sobre todo después de los retos e incertidumbres que han afrontado en los últimos años.
Estos apasionados del Belén mantienen viva una tradición que comenzó en el año 1223, cuando San Francisco de Asís creó el primer Belén viviente en Greccio, Italia. Su intención era enseñar el Evangelio de una manera sencilla y accesible, utilizando personas y animales reales para representar el nacimiento de Cristo. Poco después, esta práctica se extendió por Europa, especialmente a través de los franciscanos, quienes promovieron las primeras representaciones en iglesias y monasterios.
En el Renacimiento (siglo XV), los belenes evolucionaron, y comenzaron a fabricarse figuras de madera, barro y cerámica. Países como Italia, España y Alemania destacaron por perfeccionar esta tradición, y los nacimientos se convirtieron en elementos decorativos comunes en los hogares de la nobleza.
En España, la tradición del Belén se consolidó durante el siglo XVIII, cuando la corte española impulsó esta práctica. Aunque algunas fuentes atribuyen su popularización a Carlos III, no hay registros claros que lo confirmen directamente. Lo que sí es evidente es que durante ese periodo los belenes empezaron a extenderse desde los palacios hasta los hogares más modestos, convirtiéndose en una tradición profundamente arraigada en toda la sociedad.
Y así, hemos llegado al admirable trabajo de esta intrépida asociación, que, contra viento y marea, sigue sosteniendo y elaborando belenes en nuestra ciudad. Adaptan sus creaciones a las circunstancias de cada momento, pero siempre logran que sean dignos de contemplar por la cantidad de detalles maravillosos que incluyen.
Desde mi modesto compromiso, me sumo a la tarea de hablar, escribir y divulgar su trabajo desinteresado. Felicito a quienes han hecho posible esta muestra en el Museo Cruz Herrera. Me parecen especialmente adecuadas, para este momento, unas palabras que pronunció el entonces alcalde Juan Carlos Juárez en 2003.
"La Navidad es la celebración más familiar de las que existen a lo largo de todo nuestro calendario. Por eso deseo que esa especial sensibilidad que estas fiestas traen quede patente entre todos, sin distinción alguna, y que trascienda desde vuestras casas a toda la ciudad."
Quizá todos pensamos que la Navidad tiene un poder especial para despertar en nosotros una mezcla de emociones. Nos invita a celebrar, pero también a recordar. ¿Me equivoco?



Comentario de Matías: Para mí son "trabajos" inspirados que nos sumergen en el misterio del nacimiento de Jesús.
ResponderEliminarEl año pasado estuve en los museos de belenes de Jerez y de Mollina y quedé maravillado.
Comentario de Eduardo Gavilán: Que decir sobre la Navidad... momentos para reunirse con la familia.... esperar al familiar que tenemos fuera y que nos visita cada año para estar junto a los suyos... recordar al que ya no está entre nosotros...al que no tiene hogar.
ResponderEliminarLa Navidad es una amalgama de felicidad por un lado y tristeza por otro... podría hablar tanto de ella que a veces me pregunto si es costumbre o se siente de verdad.
Siempre hubo en mi casa un belén... recuerdo como mi padre nos llevaba al campo a recoger trozos de corcho para hacer el portal...cada año compraba las figuras de escayola y el las pintaba dándole unos colores adecuados a la época...recuerdo que hacía un río y las aguas con papel plateado...la nieve en los tejados con algodón...lo vivía intensamente...esos son mis recuerdos de niño.
Pero cuando se fueron yendo la Navidad cambió de sentido.,.el recuerdo de ellos...unas lágrimas y bueno...en algunos momentos hasta desear que pase lo más pronto posible.
Un artículo que te hace recordar
Vaya hoy me has hecho llorar leyéndote, pero me ha gustado.
ResponderEliminarNuestros amigos comunes , Matias y Gavilán , comentan , con alegre emoción , tu escrito sobre los belenes , con la asociación linense al frente . Matias menciona la palabra que más me gusta cuando nos referimos al Nacimiento : MISTERIO . En la visita hace unos meses al Museo de MOLLINA , al que alude Matias , quede sobreimpresionado con la exposición belenística , con Francisco de Asis presidiendo la entrada. Artistas de todo el orbe contribuyendo a mantener , como nuestra asociación local , la llama viva de un nacimiento que ha marcado para siempre las vidas de los creemos en nuestro Salvador . Feliz Navidad
ResponderEliminarLos científicos dicen que según los conocimientos actuales de la Teoría de la Relatividad no se puede viajar al pasado, se equivocan, este artículo y sus acertados comentarios nos permiten "viajar" a épocas pasadas y recrearlas en nuestras mentes y disfrutarlas con el corazón. Gracias Santi por hacernos viajar.
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