El eje interior del Campo de Gibraltar: Los Barrios, Castellar y Jimena (1901)
(Basado en el reconocimiento militar ordenado por la Reina Regente y dirigido por el coronel Benítez y Parodi)
| Fotografía de Jimena Fotografía de Jimena, perteneciente a la Comisión del Cuerpo de Estado Mayor, 1901.  | 
Preámbulo
El paso de cada página de este valioso documento causa satisfacción, porque guarda momentos de la historia con sus personajes. Puedo adivinar una vida ajustada a la climatología, a sus trozos de tierra y a un cigarro pegado a los labios, después de un descanso protocolario mientras se liaba ese tabaco de picadura, conversando entre vecinos.
Puede que a muchos, incluso los amantes de los discursos, ninguna de estas palabras les conmueva porque las desconozcan, y que solo hablen de oídas, basados en ficciones repetidas y adornadas al gusto de los oyentes.
Este contexto permite conocer la realidad y ser conscientes de las necesidades que a comienzos de siglo eran generalizadas en esta zona y más allá: comunicaciones escasas, dedicaciones rudimentarias, proyecciones limitadas. Precisamente por esto, entre todo, surge una palabra que conmueve: “requisar”. Sí, en caso de necesidad. Entonces es cuando esa imagen de las gentes de la época —de piel quemada por el sol y el esfuerzo del trabajo— aparece como en una película: esos niños faltos de casi todo menos de imaginación, esos hombres y mujeres del campo, convertidos no en fantasmas del pasado, sino en ángeles del futuro.
Es cierto, el informe habla de lo hipotético, pero años antes había ocurrido muchas veces: un ejército, una banda, un grupo, llegaba y les quitaba lo poco que habían conseguido. En fin, se puede continuar con el desconocimiento y hablar con la soberbia de algunos titulados, o detenerse aquí, para escuchar el murmullo real de la historia.
Los Barrios en 1901: una mirada desde la Comisión del Estado Mayor
A comienzos del siglo XX, el Ejército español continuaba desarrollando reconocimientos periódicos del territorio, conocidos como comisiones del Cuerpo de Estado Mayor. Su propósito era conocer el terreno, sus recursos y comunicaciones con vistas a cualquier eventualidad militar.
Sin embargo, la comisión que recorrió el Campo de Gibraltar en 1901 tuvo un origen más concreto y solemne: una Real Orden de la Reina Regente, fechada el 19 de julio de aquel año, disponía que se estudiara la zona “con objeto de adquirir datos para situar, en caso de necesidad, un cuerpo de ejército que se oponga al avance de fuerzas enemigas partiendo de la plaza inglesa”.
En otras palabras, se trataba de un trabajo técnico, pero concebido dentro de un plan de previsión ante una hipotética invasión procedente de Gibraltar. El encargo fue riguroso, metódico y enmarcado en un contexto político sensible, lo que explica el detalle y la minuciosidad con que se ejecutó.
La comisión recorrió el Campo de Gibraltar levantando planos, croquis y estadísticas de cada población. Hoy esos documentos, más allá de su interés militar, nos permiten conocer con exactitud cómo eran los pueblos de la comarca a comienzos del siglo XX: su fisonomía, su población, los recursos disponibles y el estado de sus comunicaciones.
| Croquis de Los Barrios Croquis perteneciente a la Comisión del Cuerpo de Estado Mayor, 1901.  | 
La villa de Los Barrios
En el informe de 1901, Los Barrios aparece descrita como una villa situada “en una hondonada al norte de Algeciras”, dentro del partido judicial de San Roque. Contaba entonces con unos 5.200 habitantes y tenía capacidad para alojar hasta 1.600 hombres y 200 caballos, un dato que revela su tamaño y sus infraestructuras.
El documento destaca la abundancia de agua, tanto en la población como en sus inmediaciones, con cuatro fuentes públicas, otros tantos pozos y diez abrevaderos. Los hornos locales podían cocer hasta 8.600 raciones diarias de pan, disponiendo de cereales y combustible en cantidad suficiente. Se mencionan, además, un hospital civil con 90 camas y una estación telegráfica de servicio limitado.
Económicamente, se señala que el número de bestias de carga y medios de transporte había disminuido “a la par que el contrabando”, desde que la renta de tabacos pasó a régimen de arriendo. Aun así, podían requisarse 16 carros, 40 carretas, cerca de un centenar de animales de carga y más de 150 yuntas de bueyes. Su principal riqueza residía en el ganado vacuno y de cerda, descrito como “muy considerable”.
La estación de ferrocarril, situada a unos tres kilómetros de la villa, reforzaba su posición estratégica. El camino que la unía con el pueblo se consideraba “mediano”, por ser de subida hasta pasar el puerto de los Albardones, aunque se apuntaba que “podría arreglarse fácilmente”. Con Algeciras existía una comunicación diaria mediante una tartana que cubría los cinco kilómetros y medio que separaban ambas poblaciones, partiendo por las tardes frente al Cuartel del Calvario.
Durante la guerra con los Estados Unidos, en 1898, Los Barrios alojó al Batallón Expedicionario de Barcelona, con 1.200 hombres, que ocuparon el pósito y un gran edificio a la entrada del pueblo. Quizá por esa experiencia, la comisión propuso en 1900 establecer allí parques, depósitos e impedimenta, bajo la protección de medio batallón. Se consideraba que la villa, situada sobre la línea férrea y casi a igual distancia de Algeciras y San Roque, estaba resguardada y fuera del alcance directo de los fuegos de la bahía.
Incluso se detallaba el tipo de acuartelamiento provisional que podría levantarse: barracones de madera semejantes a los que usaban los ingleses fuera del Peñón y el Regimiento de Extremadura en Málaga. Tenían ventanas acristaladas, dobles tabiques rellenos de serrín de corcho, cubierta blanca e impermeable y suelos elevados para proteger del calor y la humedad, con un coste calculado de 10.000 pesetas por cada 100 hombres.
Caminos y comunicaciones
Los planos que acompañaban el estudio muestran a Los Barrios como un nudo de comunicaciones entre la bahía y el interior. Desde la villa partían rutas hacia San Roque y Algeciras, pero también hacia el norte, en dirección a Jerez, y hacia el interior, comunicando con Jimena y Castellar. Esta encrucijada explica el interés de la comisión por el estado de las vías, pues tanto el movimiento militar como el tránsito de mercancías dependían de su mantenimiento.
En aquellos años, el trazado ferroviario reforzaba esa condición central, aunque los caminos seguían siendo la base de las comunicaciones rurales de la zona.
Palmones
Dependía de Los Barrios la aldea de Palmones, con unos 550 habitantes, dedicada casi por completo a la pesca. Sus casas eran de construcción humilde y los recursos escasos, aunque el lugar contaba con una barca y una balsa que permitían cruzar el río tanto a personas como a ganado y carruajes.
Una mirada al territorio
En conjunto, el retrato que ofrece la comisión de 1901 es el de un pueblo con recursos abundantes, buena comunicación y una situación estratégica entre la costa y el interior. Su papel dentro del entramado de caminos del Campo de Gibraltar era esencial, y su relación con el ferrocarril lo convertía en punto de enlace natural entre Algeciras, San Roque y las rutas hacia Jerez y Jimena.
Estos informes, redactados con una precisión casi topográfica, nacieron de una previsión militar, pero hoy nos hablan más bien del paisaje humano y económico de la comarca a comienzos del siglo XX. Los Barrios aparece en ellos como una población viva, activa, bien abastecida y en un lugar privilegiado dentro del mapa de las comunicaciones de Cádiz.
Castellar de la Frontera
Pequeña villa de 657 habitantes, de los cuales unos 200 residían en el campo. Tenía malas condiciones de alojamiento, pues como máximo podía albergar 200 hombres y 100 caballos.
Había dos hornos capaces de cocer unas 430 raciones diarias, y podían requisarse un carro, diecisiete carretas, cincuenta bestias de carga y cinco de tiro.
Aunque solo dista cinco kilómetros de la estación de su nombre, el camino era tan malo que casi podía considerarse incomunicada con el ferrocarril.
En su término se encontraba el convento de La Almoraima, convertido en una buena residencia de campo por el duque de Medinaceli. El informe lo describe como “un buen edificio en el que podría alojarse un batallón de Infantería y 50 caballos”.
Jimena de la Frontera
Se hallaba situada en la orilla izquierda del Hozgarganta, al pie de un cerro coronado por un castillo en ruinas. Al sur, y en la orilla opuesta, se alzaba otro cerro, el Monte Capucho, también con fortaleza.
Contaba con 7.549 habitantes distribuidos entre la población principal y los barrios de San Pablo y San Martín, además de 213 caseríos diseminados. La villa tenía 1.255 casas, y los barrios, 100 y 320 habitantes respectivamente. Disponía de cinco posadas con 200 pesebres, cinco iglesias y un convento.
La capacidad de alojamiento, según los datos del Ayuntamiento, era de 800 hombres y 200 caballos en la población; 100 hombres y 100 caballos en San Pablo; y 300 y 120 en San Martín. En caso extraordinario, podrían alojarse hasta 1.300 y 500 en Jimena; 200 y 130 en San Pablo y 500 y 200 en San Martín.
El informe anota ocho molinos harineros de agua, capaces de moler 100 hectólitros; nueve hornos que podían cocer 9.000 raciones; cinco fuentes y un abrevadero. Podían requisarse 80 caballerías mayores y 100 menores de carga, 35 de tiro, 150 yuntas de bueyes, 20 carros y 40 carretas.
Jimena producía cereales, naranjas, viñas, almendras y hortalizas; contaba con ganado de toda clase —en especial el basto— y siete fábricas de corcho, curtidos y alfarería.
El informe la consideraba un punto de repliegue estratégico, por su situación elevada y defensiva, además de un posible centro de acuartelamiento y de aprovisionamiento para los sectores más expuestos del frente.
| Croquis de Jimena de la Frontera Croquis perteneciente a la Comisión del Cuerpo de Estado Mayor, 1901.  | 
| Fotografía del Castillo Fotografía perteneciente a la Comisión del Cuerpo de Estado Mayor, 1901.  | 
| Fotografía de Jimena Fotografía perteneciente a la Comisión del Cuerpo de Estado Mayor, 1901.  | 
| Fotografía de Jimena Fotografía perteneciente a la Comisión del Cuerpo de Estado Mayor, 1901  | 
Documento histórico: Campo de Gibraltar y territorio adyacente: descriptivos y gráficos de las vías de comunicación reconocidas (30 de agosto de 1901), Coronel Manuel Benítez y Parodi, Jefe de la Comisión. Manuscrito con croquis, dibujos y fotografías. Archivo Cartográfico de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército, Biblioteca Virtual de Defensa.
Nota: los datos completos de ubicación y signatura se consignarán al final del trabajo.
Autor. Santiago Chippirraz Rodicio 29/10/2025
Es un buen escrito, me gusta conocer esos detalles de los pueblos. Gracias.
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