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El maestro de La Línea que enseña a soñar

 

El maestro de La Línea que enseña a soñar

Alumna de Jose durante la lectura


Amanece más temprano, el sol se asoma bajo un cielo que parece mantener en la altura una capa transparente, como si ejerciera de filtro, avisando de que el día se presenta con temperaturas en ascenso, aunque aún con un cierto margen. En este contexto, los pasos se acortan y se suceden más lentos.

El olor a mar impregna grandes áreas de las ciudades costeras, en un anuncio y llamada a juguetear entre las olas. Las vestimentas se aligeran y el color de las telas se intensifica; es como si el ser humano hubiera copiado a la naturaleza y mostrara su esplendor.
Los amaneceres, como bien dijo mi amiga Carmen Lavado, invitan “a ver la vida mientras paseas por ella”.

Y mientras el verano comienza a desperezarse, hay un lugar donde se huele más que el mar: en las puertas de los colegios, el aire sabe a despedida.
Los niños entran y salen de clase con un entusiasmo contenido. Parece como si ocultaran algún regalo; a veces, sin querer decirlo, se les escapa que ensayan algún baile o alguna obra de teatro. Otros, directamente, hablan de una fiesta. Y nos hacen recordar, a pesar de los años, que una vez fuimos niños y tuvimos los mismos sentimientos, porque siempre fue así.

Con independencia del país y de la época, donde ha existido un periodo de enseñanza se ha producido el deseado descanso. Y siempre se ha organizado algo especial, que sirviera de recuerdo en nuestro imparable viaje hacia la madurez. Como suele ocurrir, se repetirán las imágenes y palabras en cada puerta de colegio, como el florecer en primavera.

En medio de este ritual de cierres y despedidas, algunos maestros encuentran formas extraordinarias de dejar huella.
Como Jose, maestro de primaria en el Colegio de las Mercedes de La Línea.

Muchos de nosotros conservamos algún detalle de nuestra época de estudiante. Hace unos días, me enteré de que un maestro pretendía regalar a sus alumnos un cuento. Me pareció una magnífica idea y sentí la tentación irrefrenable de comunicarme con él para conocer más detalles sobre esa forma de expresar un sentimiento hacia sus alumnos.

Este joven maestro, que hizo magisterio en esta ciudad, me contó que comenzó con este grupo en 1º y termina su ciclo en 4º.
Cuando le pregunté el motivo del regalo, me narró lo que a continuación les reseño:

Sigo la temática de Pokémon desde 1º con ellos como hilo conductor de mis clases, adaptándolo a las distintas áreas para motivarles con un tema que les apasiona y da pie a poder gestionar el grupo adecuadamente. Llevo varios meses dándole vueltas a hacerles un regalo especial, y se me ocurrió que no había mejor regalo que un libro. Pero no uno cualquiera, sino uno que verdaderamente recuerden y, además, sirva para resumir de un modo lúdico y entretenido lo que he tratado de transmitirles durante estos cuatro años que, para mí, han sido muy especiales.

Pensé que sería aún más motivador si cada capítulo estuviera inspirado en cada uno de ellos. Hace meses completaron una ficha en la que imaginaban cómo sería un refugio Pokémon basado en su personalidad, gustos y corazón. Esa ficha me dio las ideas para crear cada capítulo, incluyendo también una ilustración hecha por ellos. Me han ayudado a estructurar el libro sin saberlo, y eso, unido a que los conozco bien, me ha permitido dedicarles un capítulo a cada uno.

El resultado es una historia de aventuras con una introducción común, un recorrido por cada uno de esos refugios y una conclusión que lleva implícita una despedida y varios mensajes que me gustaría que llevaran siempre consigo: que nunca dejen de soñar, que trabajen en equipo y que nunca pierdan su esencia... que son maravillosos tal y como son.

Y es que en el Colegio de las Mercedes no se limitan a celebrar el final de curso.
Se organiza un gran festival con bailes por clases, se comparten dulces y emociones, y casi siempre, cada niño recibe un detalle especial, terminen etapa o no.

Este proceder se repite en muchos otros lugares. Por ejemplo, don Jesús, del colegio San Ramón de Los Barrios, ha invitado este viernes a un almuerzo a sus 20 alumnos de 3º. Los niños lo cuentan con ilusión, y seguro que lo recordarán con alegría. Y así podríamos continuar, casi de modo indefinido, con otros lugares y centros.

Mientras los medios despacharán una vez más el final de curso como si fuera una noticia repetida, yo prefiero detenerme en lo que de verdad importa. Porque en realidad, se están sembrando recuerdos.

Los mismos que, con los años, nos acompañarán con el aroma de una canción, con la luz de un junio cálido, con la sonrisa de un maestro que, como Jose, entendió que la enseñanza es también un acto de amor.
Porque esto no es solo una fiesta: es un legado emocional que deja huella para siempre.

Aunque he dedicado con todo sentimiento estas breves palabras desde mi modesto pupitre a Jose —y probablemente no muy afortunadas—, las hago extensivas a todos los docentes que han trabajado duro durante el curso 2024/25.




Comentarios

  1. Me quedo con: "La enseñanza es un acto de amor... y deja huella para siempre". Gracias Santi.

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  2. Mil gracias por estas palabras tan bonitas hacia mi persona y por ese homenaje a la docencia en general. Afortunadamente, aún queda gente que reconoce esta labor tan importante para la sociedad. La entrega de los libros a los peques a modo de regalo de despedida, tras cuatro años con la misma clase, ha sido un momento maravilloso y emocionante.

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  3. Esta es una historias que alumnos y maestro no olvidaran. ¡Enhorabuena!

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  4. Magnífica labor, propuesta didáctica y verdadera vocación y amor a la profesión! Enhorabuena!

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  5. Maricarmen Lavado: [18:22, 18/6/2025] Gracias Santiago, es de agradecer que te haya servido de algo esta frase mía, pero no olvides que son tus escritos los que me hacen pensar en ellos. El leerte te estoy viendo, como cuando cuentas que ves a una pareja cogida de la mano y son mayores, les robas alguna frase al cruzarte . Te imaginas que un señor lleva una rosa y piensas que es para su pareja, y ya lo ves entregándosela. Eres ese personaje que describes la vida. Yo particularmente lo siento así. Tú escribes, yo lo vivo. Mi enhorabuena a Jose.

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  6. Paqui: Cuando leo cosas como esta, comprendo tu alcance y entiendo lo de palabras vacías, espacios ocupados, oportunidades perdidas y otras por el estilo. Cuánta dedicación. Gracias Santi. Enhorabuena Jose.

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    Respuestas
    1. Pues me alegro que lo descubras y que la causa sea este escrito. Estoy de acuerdo, dedicar un artículo de este tipo, a una persona joven y con entusiasmo, puede explicar algunas de las palabras y frases que a veces empleo. Me alegro por Jose, el eco que ha tenido su trabajo.

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  7. Santi. Bonita historia la del Maestro Don José . Un Maestro con mucha vocación por enseñar , intelectualmente y a ser mejores personas.
    Enhorabuena a los alumnos por tener un Maestro como Don José.
    Y a ti, Santi. Sólo decirte que esta mañana me he leído el artículo ¡. seis veces! Magnífica introducción. Gracias

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    Respuestas
    1. Aún a esta edad conservas la misma avidez de saber que tenías de niño. Siempre me sentí orgulloso de mis amigos de la infancia, y tu mensaje lo confirma: desde cientos de kilómetros, valoras el esfuerzo de un maestro y de un escrito. Hay tanta enseñanza en tus palabras. Muchas gracias, en nombre de ambos.

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