Los Santos Inocentes
Los Santos Inocentes
Vivimos una época rica en acontecimientos de carácter religioso. En este sentido, la Navidad no solo celebra la Natividad del Señor, sino que también incluye una serie de eventos posteriores que, según las Escrituras y la tradición, siguieron a tan extraordinario anuncio.
Entre estos eventos se encuentra la festividad de los Santos Inocentes. Tras el nacimiento de Jesús en Belén y la visita de los Magos, Herodes, temeroso de perder su poder, intentó localizar el lugar del alumbramiento para dar muerte al niño. Sin embargo, los Magos, advertidos en sueños de las malas intenciones del rey, no regresaron a informarle. Frustrado, Herodes ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores.
El relato en las fuentes
El evangelista Mateo documenta este acontecimiento en el capítulo 2 de su Evangelio, específicamente en los versículos 16-18:
"Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos."
Este episodio no es mencionado por los demás evangelistas, aunque sí aparece en evangelios apócrifos como el Protoevangelio de Santiago y el Evangelio Armenio de la Infancia de Jesús. Tampoco es recogido por los historiadores contemporáneos, salvo Paolo Orosio (385-418), quien escribió:
"Apenas el rey de Judea, Herodes, supo de su nacimiento, ordenó matarlo y, mientras buscaba a este único infante, hizo dar muerte a muchísimos otros." (Historias contra los paganos, libro VII).
Otros escritores, como John P. Meier, utilizan este relato para aproximar fechas relacionadas con el nacimiento de Jesús y la muerte de Herodes. Flavio Josefo, historiador judío del siglo I, describe en sus Antigüedades judías las numerosas atrocidades de Herodes, incluyendo asesinatos dentro de su propia familia. Sin embargo, no menciona la matanza de los niños en Belén, lo que ha llevado a algunos historiadores a cuestionar la historicidad del evento.
No obstante, los antecedentes siniestros de Herodes permiten que historiadores como Stewart Perowne y Abraham Schalit consideren plausible este acto, aunque falten pruebas documentales directas.
La perspectiva del P. Enrique Albendín Romero
El P. Enrique Albendín, en su obra ¿Y tú quién eres, Jesús de Nazaret?, así como en otros textos, aborda este episodio como parte de las secuencias que rodean la Natividad, destacando su conexión con el misterio del nacimiento de Cristo. Aunque no profundiza en la historicidad del hecho, su mención subraya la importancia espiritual del relato como símbolo del sacrificio y la inocencia en el plan divino de salvación.
Esta perspectiva refleja cómo, en el ámbito teológico y pastoral, los Santos Inocentes se asumen como un componente esencial del relato de la Natividad, invitando a la reflexión sobre el contraste entre el poder terrenal representado por Herodes y la humildad del Niño Dios. La visión del P. Albendín nos recuerda que el valor de este acontecimiento trasciende el tiempo, hablando al corazón de los creyentes en cada época.
La evolución de la festividad
En la segunda mitad del siglo IV, ya se conmemoraba litúrgicamente a los Santos Inocentes, como se evidencia en las homilías de Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa, ambas vinculadas a la celebración de la Natividad. Más tarde, entre finales del siglo IV y mediados del V, la festividad se asoció en Occidente (Roma y África) con la Epifanía, vinculándola a la adoración de los Magos.
En el siglo V se estableció un culto propio para los Santos Inocentes. El Sacramentario leonino (ca. 485) situó esta festividad junto a las de San Esteban y San Juan. Finalmente, quedó fijada en Roma y África para el 28 de diciembre. En otras tradiciones, las fechas varían: los griegos la celebran el 29 de diciembre, los sirios y caldeos el 27 de diciembre, y en el rito mozárabe el 8 de enero.
La ubicación de estas fechas no sigue necesariamente el orden cronológico de los acontecimientos. En el rito romano, los Santos Inocentes son considerados mártires por su sangre, aunque no eligieran el martirio. La festividad se celebra dentro de la octava de Navidad, junto a la de San Esteban, protomártir (mártir por voluntad y amor), y San Juan, apóstol y evangelista (mártir por voluntad y amor, aunque sin sufrir martirio).
Costumbres modernas
Hoy, la festividad de los Santos Inocentes combina la memoria de aquellos niños mártires con tradiciones más ligeras, como las bromas e inocentadas. En muchos países, el 28 de diciembre es un día de humor y travesuras, en un contraste marcado con el origen trágico del relato.
Aunque estas costumbres parecen alejadas de la crudeza del episodio bíblico, mantienen viva la conexión con el espíritu de la festividad: recordar el sacrificio y reflexionar sobre el significado profundo de la inocencia y la esperanza. Así, la celebración se convierte en un puente entre la memoria histórica y las tradiciones culturales, ofreciendo una mezcla única de solemnidad y alegría.
| Explanada de entrada a la Basílica de la Natividad | 
| Puerta de entrada a la Basílica de la Natividad | 
| Bajada hacia la gruta donde, según la tradición cristiana nació Jesús | 
| Interior de la gruta. Estrella de plata que señala el lugar donde, según la tradición nació Jesús. Fotografías del autor del artículo. Tomadas en el año 2012  | 
Bibliografía:
Biblia de Jerusalén (1967): Traducción de los textos bíblicos
Evangelios Apócrifos: Textos no canónicos sobre la vida de Jesús y sus seguidores.
Obras del P. Enrique Albendín Romero.
Obras de John P. Meier.
Obras de Maestros Ecuménicos.
Gossan Yohn Dominic.
Joseph Ratzinger (Benedicto XVI).
José Antonio Pagola
Estupendo artículo, magníficamente documentado. Quiero destacar la aportación al mismo - a través de los escritos - del Padre Enrique, coincidí con él como profesor en el IES Mar de Poniente. Una persona entrañable y estudiosa.
ResponderEliminarQue pensaria el corazón de Herodes cuando dijo : Sentencio a muerte a los Inocentes recién nacidos . Supongo que era consciente de su ausencia de culpa . Uno se siente con los venidos al mundo en aquellos dias y con los que han sido sacrificados a lo largo de los siglos , conmovido y coparticipe de su terrible trance . Mandatarios que siguen acusando con falsos testimonios , condenando sin pruebas . Malaventurados aquellos que buscan acabar con el humilde a costa de alimentar su vanidad y soberbia , sus más fieles consejeras . Corren tiempos de nuevas persecuciones , orquestadas y camufladas , desde los poderes oficiales : central , autonómico o municipal . Ningún mandamás se resiste a la tentación . Protejamos a los sinculpa , a esos que verdaderamente nunca se tendrán que presentar ante ningún tribunal , sea divino o humano . Como bien consideras , tendamos puentes . Los rios nos lo agradecerán .
ResponderEliminarFélix: Buenas tardes ya amigo Santi, estupendos artículos- una vez más - perfectamente documentados.👏👏👏👏
ResponderEliminarEduardo: Curioso el artículo de los Santos Inocentes...lo de Herodes y la orden de sacrificar a los niños con edad hasta los dos años de vida si lo sabía no sé si por la Biblia o por que lo haya leído en uno de tantos artículos tuyos.
ResponderEliminarEs muy interesante de como nace el día de los inocentes.
Alejándonos del artículo recuerdo cuando fuiste al viaje a Jerusalén...ya han pasado 12 años y parece que fue ayer.
Otra derivada de aquella masacre:
ResponderEliminarEn El Evangelio según Jesucristo (magnífica obra de José Saramago) San José se entera del plan de Herodes de matar a los niños al escucharlo de boca de unos soldados en Jerusalén y corre a Belén para salvar a su hijo recién nacido. Pero como no alerta a los betlemitas de la inminente masacre, Dios le castiga enviándole un sueño en el que él mismo es un soldado de Herodes y se dirige a Belén a matar a su propio hijo.
Pero la más reciente, es la reencarnación parcial de Herodes en Netanyahu, y la masacre de muchos más niños inocentes de los que entonces murieron. 20 siglos más tarde.
Estupendo. Sabes separar el trigo de la paja. Maravillosa la mención al P. Enrique.
ResponderEliminarMe alegran vuestros comentarios relativos al P. Enrique. He tenido la oportunidad de leer varios de sus libros y son de una calidad didáctica extraordinaria.
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