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Exhibición de Clásicos en La Línea: Un Viaje al Pasado Automovilístico

 

Exhibición de Clásicos en La Línea: Un Viaje al Pasado Automovilístico

Biscuter- Cortesía de Wikipedia CCO

Una nueva edición de antiguos vehículos se ha exhibido por las calles de La Línea de la Concepción. Ayer sábado, por la calle San Pablo, rumbo a la Velada, circulaban vehículos clásicos procedentes de muchas ciudades, algunos haciendo sonar sus bocinas con tonos variados para captar la atención de los numerosos peatones que transitaban a mediodía. Algunos nos detuvimos a admirar esas maravillas del pasado, con sus peculiares diseños, colores y sonidos que evocan recuerdos de otras épocas. Quizás alguno pensó: “Uno como ese tuve yo”. Ese fue mi caso al ver un Mini Coupé verde, mi primer coche.



El desfile, que duró unos minutos y contó con aproximadamente cincuenta o sesenta vehículos, dejó tras de sí el característico olor de combustión de estas joyas. Estos eventos son un recordatorio vivo de nuestra historia automovilística y una oportunidad única para admirar la creatividad y el ingenio del pasado. Más allá de su vistosidad, invitan a reflexionar sobre la importancia de preservar tanto las imágenes como las historias que les dan vida.

No obstante, me preocupa que, en la actualidad, la promoción de este tipo de actividades se base principalmente en imágenes, dejando a un lado las palabras que expliquen y den contexto a lo que se ve. Si esta tendencia continúa, podríamos estar ante un exceso de “imágenes sin palabras”, algo similar al cine mudo, donde la espectacularidad visual predomina, pero las historias se pierden. Y sin palabras, ¿cómo transmitir el legado de estas joyas mecánicas a las futuras generaciones? La imagen puede captar el presente, pero es la narración la que preserva el significado. Esta reflexión es aplicable a todo tipo de celebraciones: deportivas, institucionales, sociales, culturales...



Hablando de preservar historias, quiero detenerme en un modelo emblemático que muchos recordarán: el Biscúter. Este microcoche, fabricado en España durante los años 50, fue un símbolo de ingenio en una sociedad marcada por la escasez económica de la posguerra. Basado en un diseño del ingeniero francés Gabriel Voisin y producido en Cataluña por Autonacional, era un vehículo ligero y austero. Equipado con un motor monocilíndrico de 197 cc, ofrecía una movilidad básica a bajo coste. Su popularidad creció entre familias y pequeños empresarios, aunque su sencillez, con versiones sin puertas ni marcha atrás, le valió el apodo de “el coche de los pobres”. A pesar de su éxito inicial, su declive llegó con la irrupción de modelos más avanzados como el SEAT 600.

En 1955, según recoge el Diario de Cádiz, el Biscúter comenzó a circular por las calles de la ciudad. Este modelo, presentado en la Feria de Muestras de Barcelona en 1953, había mejorado su mecánica sacrificando algo de estética. Un testimonio curioso es que el Biscúter fue probado ante notario durante seis días y noches continuas, alcanzando una velocidad media de 45 km/h y un consumo de 4,2 litros por cada 100 km. Incluso el corredor Juan Manuel Fangio quedó impresionado tras probar este simpático utilitario, que ofrecía una capota opcional para la lluvia y capacidad para dos o tres personas.

En nuestra provincia, las doce primeras unidades del Biscúter se vendieron rápidamente, dejando claro que, a pesar de su simplicidad, este coche supo ganarse un lugar especial en la historia del automovilismo y en los recuerdos de muchos. Pero historias como esta necesitan ser contadas y documentadas; no basta con ver el coche, hay que contar por qué fue importante. Quizás sea este el mayor desafío: evitar que las imágenes silenciosas de hoy se conviertan en piezas de un cine mudo sin contexto.





Comentarios

  1. A pesar de los tiempos difíciles, creo que vale la pena intentarlo para mantener la llama viva. Me refiero al exceso de imágenes y la falta de texto, que hacen que los eventos pierdan contexto, como el cine mudo. El problema es que muchos organizadores solo se conforman con publicar fotos en redes sociales, sin valorar el trabajo de quienes explicamos y contextualizamos sus eventos.

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  2. Comentario de Eduardo: Los coches antiguos...que maravilla...yo cuando los veos me quedo asombrado de ver cómo sus dueños los miman y los conservan en un perfecto estado que parecieran recién salidos de fábrica... aquí en La Línea está el. amigo Pepe Navarro que tiene varios coches antiguos y que es un experto conocedor de los modelos antiguos y cuando surge la ocasión te da atoda clase de información.
    Yo he conducido el Seat 600...el Sinca 100...el Gordine llamado el coche de las viudas por que tenía el motor en la parte trasera y en las curvas se iba de la parte delantera... recuerdo que después de tantos accidentes se llegó a compensarlo metiéndole en la parte delantera un saco de arena... también un Seat 1500 con el mando en el volante...Un cuatro L. llamado también el cuatro latas...un Renault 6...en fin disfruté de todos ellos.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo Santiago que debería ir acompañado con una información de cada modelo...incluso al ser posible que sus ocupantes fueran vestidos con trajes de la época aunque creo que es bastante pedir.

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  3. Yo no he llegado a conducir tantos, aunque ahora que lo pienso, debemos andar cerca, sin contar los vehículos militares que han sido bastantes y variados.

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