Entre el Confort y la Sencillez
Es domingo, un día perfecto para tomar un respiro de la agitada semana. A través de los cristales de mi ventana, el gris del cielo se filtra entre las ramas longevas de los árboles del huerto de Lutgardo López Muñoz. No hay demasiado viento, pero el balanceo irregular de las ramas anuncia posibles rachas. Pienso en antiguos presagios meteorológicos: tal vez llueva.
Con un paraguas azul como compañero, inicio mi recorrido. Con un día tranquilo por delante, decido dar un paseo y explorar rincones de la población. Camino por calles serenas, fotografiando mentalmente detalles aquí y allá. Mis pasos me llevan, finalmente, hacia los lugares donde se practican deportes, siempre llenos de vida, incluso en los días más comunes.
El pabellón cubierto me recibe con un eco ensordecedor: gritos, zapatillas que chirrían sobre el suelo. De un lado, jugadores de baloncesto compiten con energía; del otro, un partido de voleibol femenino divide la cancha, separada por una lona que la cruza de extremo a extremo. Dos mundos distintos que comparten un mismo olor a humanidad.
Dejo el pabellón buscando algo más, algo diferente. Mis pasos me conducen al borde del parque. Allí, en un rincón menos institucional, un grupo de jóvenes practica un deporte que me resulta familiar, aunque diferente. En el albero donde suele instalarse la feria, ahora adaptado y cuidado por ellos mismos, han marcado líneas improvisadas con señales y colocado redes para proteger los coches de pelotas extraviadas.
Es sóftbol, me explican: un pariente del béisbol, menos formal pero igual de emocionante. El equipo local, fundado hace apenas un año por Edwin Guillen, está compuesto por residentes cubanos, nicaragüenses, venezolanos y de otros lugares. Hoy juegan contra un equipo de Mijas, como parte de una liga autogestionada con 16 equipos, sin federaciones ni grandes presupuestos. Cada semana alternan entre jugar en casa y fuera, enfrentándose entre polvo, sudor y risas. Entrenan martes y jueves.
Entre los veinte deportistas que forman la plantilla de La Línea, no hay lujos: ni graderíos abarrotados, ni un campo de césped impecable. Tampoco hay vestuarios ni apenas transeúntes curiosos que se acerquen. Lo que tienen es pasión, camaradería y la voluntad de montar y desmontar su espacio cada vez que juegan. Hoy, los locales se resguardan bajo una modesta carpa, mientras el equipo visitante encuentra refugio tras un pequeño edificio de mampostería del lugar. Los familiares observan con atención, incluidos los niños pequeños, bien abrigados contra el frío. Sueñan con atraer a más jóvenes y hacer crecer la afición, con paciencia y dedicación.
Mientras unos se refugian bajo la carpa y otros tras las paredes de mampostería, queda claro que lo suyo no es el glamour. Pero tampoco lo buscan. En un mundo que a menudo glorifica el confort y la pompa, donde casi siempre se espera la recompensa inmediata y la fotografía, aquí hay algo puro: esfuerzo, ilusión y una sencillez que brilla. No hay flashes ni periodistas, solo un grupo entregado al juego, al esfuerzo compartido. Contrasta con el ruido vacío de quienes imitan grandezas que nunca lograron. Les agradezco las explicaciones, reconociendo en ellos algo que pocas veces se ve: el amor por lo que hacen, sin pretensiones, pero con una esperanza intacta que se alimenta del trabajo diario y del sueño de algo más grande.




Comentario de Eduardo Gavilán: "Cómo siempre llevándonos a sitios... lugares....curiosidades para nosotros insospechados...pienso que es que se te aparecen las cosas para que las analices...lo del terreno de juego es curioso...tiene la senllidez de cuando jugábamos descalzo al fútbol por que no teníamos botas o cuando jugabamos con los zapatos de salir y luego nos llevábamos la riña de nuestros padres.
ResponderEliminarLos otros días leí que Raúl el entrenador del Real Madrid Castilla prohibió a sus jugadores de ir a los partidos con ropas caras y les obligó a llevar el chándal del Madrid porque iba a jugar con un equipo humilde y tendrían que ir sin hacer ostentaciones y respetar o intentar ser tan humildes como ellos.
Y pienso que con tú artículo nos estás diciendo que admira esa humildad....cómo siempre me agrada lo que escribes...un abrazo Santiago"
Comentario de Pablo Candeas: Es gratificante saber que hay gente que se entrega a su afición, por el mero hecho de entregarse con el alma. Bien por ellos y gracias, a ti, pero dar luz a algo, tan poco usual en estos tiempos.
ResponderEliminarOneyed Seaman
ResponderEliminarJuventud divino tesoro
Te vas para no volver…
Muchos fuimos así hace tiempo, mucho tiempo. El disfrute estaba en el juego, no en los halagos de terceros.
Juventud divino tesoro
Te vas para no volver…
Tú bien sabes que te añoro,
Que contigo fui feliz.
Y por eso yo te imploro
Que vuelvas de nuevo a mí.
Comentario de Matías.: Un deporte desconocido cuyo escenario nos transporta a cómo jugábamos al futbol en los campos de las Carreras y del Polo en Campamento. Muy interesante.
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