Conversaciones del Sur
| Insignia Hermandad Virgen de los Dolores | 
Les he mencionado en varias ocasiones mi rincón matutino favorito, ese lugar al que acudo en busca de un poco de energía para enfrentar el día. Hoy quiero presentarles formalmente este escenario de historias y reflexiones: la acogedora cafetería de Jerónimo. Cada mañana, sus mesas acogen a una clientela variada, compuesta por personas de todas las edades, géneros y orígenes. Aquí, entre el murmullo de las conversaciones, surgen temas políticos, sociales, económicos, y un largo etcétera. A veces, parece que algunos clientes llegan con una idea que ha madurado durante el sueño y la exponen apenas cruzan la puerta.
En este ambiente prefiero escuchar en silencio, disfrutando de mi descafeinado y mi bollito integral con aceite y tomate. Me gusta el clima que se respira: libertad, respeto y una igualdad refrescante, donde las opiniones fluyen sin pretensiones y con una buena dosis de cortesía. Es un oasis de sencillez en estos tiempos y, a veces, algunos de los presentes mencionan mis escritos. Aprecio sus comentarios, y aunque me halagan, sé que su interés es genuino. De otro modo, no se tomarían el tiempo de compartir mis palabras con otros.
Inspirado por este ambiente, decidí reunir algunas de estas reflexiones y llamarlas Conversaciones del Sur. Aquí, abordo temas diversos con una perspectiva que evoca las tertulias de Jerónimo, donde las palabras resuenan entre las paredes y los gestos de los clientes. Es frecuente encontrar, especialmente en localidades limítrofes a esta ciudad, personas que, por razones de trabajo o decisión propia, han convertido esta comarca en su hogar. Así ha sido en mi caso durante casi cincuenta años en La Línea. En este tiempo, he conocido a personas de todas las profesiones y procedencias: funcionarios, deportistas, profesores, sanitarios… muchos de ellos, como yo, llegados desde Ceuta. Curiosamente, a pesar de la cercanía entre ambas ciudades, nunca había sabido de un ceutí ocupando un cargo relevante en el Ayuntamiento de La Línea, hasta que, investigando temas sobre Ceuta, me encontré con la figura de Augusto Frischi Marcucci.
Augusto Frischi Marcucci: Un Hombre de Conexión entre Ceuta y La Línea
Augusto Frischi Marcucci nació en Ceuta el 5 de mayo de 1900. Se casó con Catalina Gil Ruiz el 17 de diciembre de 1930 en Cortes de la Frontera, Málaga, y juntos tuvieron al menos dos hijos. Marcucci falleció el 9 de junio de 1955 en La Línea de la Concepción, Cádiz, y fue sepultado en esta ciudad. Su carrera en la administración pública lo llevó a ocupar distintos cargos; en 1924, según el Boletín Oficial del Estado, presentó oposición para ingresar en el Cuerpo de Secretarios de Ayuntamiento. En 1935 ya ocupaba el puesto de Secretario en el Ayuntamiento de Cortes de la Frontera, y hacia 1948 se trasladó a La Línea, donde trabajó bajo la administración de los alcaldes Emilio Gómez Montejo, Rafael Gil Marín y Alonso Cruz Herrera.
Además de su labor administrativa, Augusto estuvo vinculado al mundo cofrade de La Línea. Después de la Guerra Civil española, fue designado Hermano Mayor de la Hermandad de la Santísima Virgen de los Dolores, una comunidad formada por funcionarios y obreros municipales. La creación de esta hermandad tuvo lugar bajo la dirección de Marcucci y con el apoyo del obispo, quien en 1944 aprobó su erección canónica. En el acta se menciona la reunión de los miembros de la cofradía en la iglesia de la Inmaculada, junto al padre Camilo García Valenzuela, con el propósito de fundar la hermandad en 1942.
Tras su fallecimiento en 1955, el Ayuntamiento de Ceuta, su ciudad natal, dejó constancia en acta de su pesar por la pérdida de este "hijo de Ceuta" y envió sus condolencias al Ayuntamiento de La Línea y a la familia de Marcucci. Su vida y trayectoria son testimonio de los profundos vínculos entre Ceuta y La Línea, dos ciudades unidas por el legado de personas como Augusto Frischi Marcucci.
Su historia, como la de muchos otros, me inspira a seguir explorando y compartiendo estos relatos que nos conectan y que dan vida a mis Conversaciones del Sur.
No conocía este dato. Siempre proporcionando información fresca. Gracias.
ResponderEliminarQué bonito son esos ratos de tertulia mañanera , pequeño y grandes ratos que nos enriquecen y no cuestan dinero
ResponderEliminarPara mi es un placer poder leer lo que escribes como siempre son importantes y de verdadero interés, gracias
ResponderEliminarAna María por WhatsApp: A cada cual mejor, no pensé que podrías superarte, pero lo haces con cada uno de tus artículos.
ResponderEliminarEduardo por WhatsApp: Curioso artículo...esa cafetería se está convirtiendo en algo familiar por su clientela siempre la misma...no falta el saludo de por las mañanas...cuando paso por la calle y veo a todas las personas conversando y disfrutando de su café es digno de observación.
ResponderEliminarPor otro lado el apellido Fritschi es muy conocido en la ciudad... seguramente los descendientes del personaje de tu artículo.
Gracias por vuestros comentarios, siempre son bienvenidos. Eso me ha dicho Paco tras leer el artículo, incluso me ha ofrecido pistas sobre algún familiar. Me hubiera gustado incluir alguna foto de él, pero la que aparece en internet es de uso privada. Si algún familiar lee el texto y me facilita una imagen puedo insertarla.
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