Tengo fibrilación auricular… ¿Es grave?
Rocío Cózar León
| El catéter atraviesa el tabique entre las aurículas, para pasar a la aurícula izquierda | 
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente en la practica clínica, con una prevalencia mayor del 4% en mayores de 40 años y que aumenta de manera exponencial llegando a ser superior al 16% en los pacientes mayores de 80 años. No en vano se ha considerado durante años una de las pandemias del siglo XXI dado que se prevé que esta prevalencia aumente debido a los hábitos poco saludables, la obesidad, el envejecimiento progresivo de la población y los avances tecnológicos que están contribuyendo a su detección precoz. La importancia fundeamental de esta arritmia es su asociación con un aumento de riesgo de infarto cerebral (puede incrementarlo hasta siete veces), insuficiencia cardiaca y mortalidad, especialmente en mujeres.
¿Qué es la fibrilación auricular?
| La bolita es una aplicación de radiofrecuencia, cuando se objetiva que por ahí pasa la electricidad | 
Esta arritmia consiste en una activación desordenada del corazón. Se origina en la aurícula y hace que esta se contraiga de manera anárquica , muy rápida (unas 35 veces por minuto) y poco efectiva por lo que no es capaz de impulsar la sangre a los ventrículos, pudiendo quedar un remaqnso de sangre que puede transformarse en trombos que más tarde podrían emboliar (ser impulsados) a cualquier parte del organismo (habitualmente el celebro) y producir infarto.
El origen de la FA en la mayoría de los casos está en las venas pulmonares, que son las venas que traen la sangre oxigenada de los pulmones hasta la aurícula izquierda. En la unión entre estas venas y la aurícula aparecen células que son capaces de generar impulsos eléctricos a alta velocidad que bombardean la aurícula y acaban por desordenarda.
¿Cómo sé si tengo fibrilación auricular?
Los síntomas son muy variables, lo que hace que el diagnóstico a veces se retrase demasiado. Hay muchos pacientes que pueden estar asintomáticos, otros que notan palpitaciones, asfisia y dificultad para realizar sus tareas habituales o incluso el primer episodio de arritmia puede debutar con un ictus. Sin embargo, en todos los pacientes, al tomarle el pulso, este debe estar arritmico (desacompasado). Por esta razón, desde hace años, se considera rentable realizar tomas del pulso oportunistas en las revisiones del Médico de Atención Primaria a los mayores de 65 años.
Las nuevas innovaciones tecnológicas hacen que la detección de la FA sea hoy en día más fácil ya que han surgido dispositivos al alcance de la población general que avisa al paciente de que su ritmo puede no ser el correcto. Los más conocidos son determinados relojes que, aunque requieren que un médico discrimine si los trazados son reales o no, en general tienen una fiabilidad bastante aceptable y hacen que pacientes que pudieran estar asintomáticos acudan para ser valorados.
Clínicamente, la arritmia puede presentarse en forma de paroxismos (crisis puntuales de arritmia) o el primer episodio puede ser ya persistente y no quitarse salvo que se haga alguna intervención médica.
¿Cómo tratar la fibrilación auricular?
El tratamiento de esta arritmia se fundamenta en tres pilares:
a) Tratamiento de factores desencadenantes como la obesidad, la ingesta de alcohol, tabaquismo o hipertensión arterial. Eliminar estos factores ayuda significativamente a controlar la FA. Aunque pueda resultar llamativo el deporte intenso parece predisponer a la aparición de la arritmia.
b) Control de riesgo tromboembólico: La FA aumenta significativamente la tendencia a formar coágulos que pueden además acabar embolizando a distintos órganos sobre todo en pacientes que acumulan determinados factores de riesgo. En estos pacientes se debe iniciar tratamiento anticoagulante (medicación que diluye los trombos y hace la sangre más líquida), que habitualmente debe mantenerse de manera indefinida.
c) Control de arritmia y restauración del ritmo propio: La evolución natural de FA si no se interviene sobre ella es presentar crisis cada vez más frecuentes o pasar a ser persistente. Todo esto lo que produce son cambios degenerativos en la aurícula izquierda (cicatrices y ensanchamiento de la misma) de manera que cada vez resulta más difícil actuar sobre la arritmia de modo eficaz hasta que finalmente se queda de forma permanente como ritmo del paciente. Para evitar esto se requiere actuar de manera precoz sobre ella, bien con fármacos antiarrítmicos o, cuando estos no son eficaces o son mal tolerados por efectos secundarios, mediante un procedimiento llamado ablación. El procedimiento de ablación de la fibrilación auricular se llama aislamiento eléctrico de venas pulmonares. Se realiza a través de una doble punción en la vena femoral (en la ingle) a través de la cual se introducen unos catéteres con los que se accede a la aurícula izquierda y a las venas pulmonares. Una vez allí se realizan bien con aplicación de calor (radiofrecuencia) o de frio (crioterapia) quemaduras circulares que desconectan la electricidad anómala que proviene de las venas pulmonares de la aurícula izquierda, protegiendo a esta última del bombardeo eléctrico que desemboca en la arritmia. Se trata de un procedimiento muy especializado que requiere que se realice en Unidades de Arritmias experimentales pero que obtiene unas tasas de éxito muy altas suponiendo una notable mejoría en la calidad de vida de los pacientes. El procedimiento se lleva a cabo bajo sedación profunda o anestesia general y requiere una hospitalización corta, de unas 24 horas, pudiendo el paciente reanudar su actividad en la siguiente semana. No deja cicatriz y es un procedimiento muy bien tolerado.
| Imagen de RX donde se ve el balón de crio ablación aislando la vena pulmonar | 
Por tanto, la FA es una arritmia frecuente en la población, que puede causar síntomas diversos pero que, independientemente de la clínica que presente el paciente, puede conllevar correspondencias desastrosas por lo que se debe prevenir su aparición controlando los factores predisponentes y estar alerta para poder prevenir las embolias y controlar precozmente el ritmo, evitando así que se convierta en una enfermedad crónica.
Rocío Cózar León, Facultativo de la Unidad de Electrofisiología y Arritmias del Hospital Virgen Macarena y del Hospital Vithas (Sevilla). Profesora asociada de la Facultad de Medicina Universidad de Sevilla.
Rocío estudió en el IES Tolosa de La Línea- Licenciada en Medicina por la Universidad de Sevilla. Doctora por la Universidad de Sevilla con la calificación de "Cum Laude". Acreditada en Electrofisiología Clínica Cardiaca Intervencionista por las Sociedades Españolas y Europea de Cardiología. Numerosos premios en la actividad científica. Autoría de decenas de artículos en revistas científicas, además de un largo etcétera de reseñas biográficas. Mi agradecimiento por su colaboración.
ResponderEliminarMuy interesante
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