Elogios y adulación
Filósofo alerta a los alumnos sobre los peligros de la adulación |
Nunca había experimentado tanto los efectos de la adulación y el elogio como en la era de las redes sociales, que han amplificado ambas prácticas. A pesar de su similitud, la adulación y el elogio difieren en intención y sinceridad. Según la RAE, la adulación implica decir lo que se cree que agradará a alguien, normalmente con el propósito de obtener un beneficio personal. Un ejemplo es elogiar exageradamente a un jefe para ganarse su favor. En cambio, el elogio, según la RAE, es una alabanza sincera de las cualidades de alguien, como felicitar a un colega por un trabajo bien hecho.
La diferencia principal radica en la sinceridad: la adulación es interesada y exagerada, mientras que el elogio es genuino y desinteresado. Filósofos como Séneca y Cicerón alertaron sobre los peligros de la adulación y destacaron la importancia de la honestidad en las relaciones humanas. En la Antigua Grecia y Roma, los aduladores, llamados "parásitos" o "clientes", vivían de halagar a los poderosos, una práctica que, aunque común, era vista con desprecio. Escritores como Aristófanes, Plutarco, Horacio, y Marcial criticaron duramente este comportamiento.
En la literatura española, "El Conde Lucanor", que tan de mi agrado es y al que he mencionado en alguna ocasión, de Don Juan Manuel aborda la adulación en cuentos morales, como el famoso "Ejemplo XXXII", que inspiró "El traje nuevo del emperador". Esta obra muestra cómo la adulación puede llevar a situaciones absurdas y peligrosas, subrayando su relevancia a lo largo de la historia. De la misma destaco como la adulación puede llevar a la ceguera colectiva, donde la verdad se sacrifica por temor o deseo de ganar un favor.
La adulación, aunque tentadora, es peligrosa. Para los poderosos, puede nublar el juicio y llevar a decisiones erróneas. En la política, especialmente, puede inflar el ego de líderes mediocres, alejándolos de la realidad y perjudicando al bien común. Esta lección, observada en la historia, sigue siendo relevante hoy en día. También se encuentra en textos antiguos como la Biblia, el "Poema de Gilgamesh", y escritos de Egipto, Mesopotamia, y Persia, donde se valora la honestidad y se advierte sobre la falsedad y la manipulación.
Seamos nosotros mismos, con nuestras virtudes y defectos, con nuestras luces y sombras, con nuestras fortalezas y carencias. Utilicemos el elogio sincero como motor de estímulo y recompensa a un buen trabajo, y apartémonos de las pretendidas proyecciones y de las anheladas recompensas que buscan agradar a otros a costa de nuestra autenticidad.
maestros de pacotilla , falsos políticos , a la ciudadanía no la educáis con vuestras adulaciones , le hacéis creer en realidades falsas , haciéndole con ello un flaco favor . Y lo aceptan sin rechistar . Este nuevo trabajo de Santiago nos recuerda el poder de quienes usan la zalameria para embaucar .
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