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De la ignorancia al orgullo: Una lección de vida y superación

 

De la ignorancia al orgullo: Una lección de vida y superación


En estos últimos meses, circula por las redes sociales un video que forma parte de un programa transmitido por Canal Sur Televisión. Este documental, presentado por el renombrado periodista Jesús Quintero, solía concluir con una reflexión profunda.

En aquella ocasión, sus palabras resonaron en mí de manera desgarradora al abordar la disparidad entre aquellos que anhelan aprender, superando adversidades, y ciertos jóvenes que, a pesar de contar con todas las facilidades, rechazan el conocimiento y la cultura. No solo carecen de vergüenza, sino que se enorgullecen, hacen alarde y presumen de una ignorancia vergonzosa.

El eco de esas palabras genera en mí un sentimiento dual: un orgullo mezclado con tristeza. Recuerdo a mi madre lamentándose por no haber tenido la oportunidad de asistir nunca a la escuela. A pesar de llevar consigo esa asignatura pendiente a lo largo de su vida, cada vez que debía firmar un documento, concluía, creo que con auténtica satisfacción, recordando que, con el paso de los años, había aprendido por sí misma a leer, escribir y realizar cálculos.

Este contraste entre la sed de conocimiento de quienes luchan contra las adversidades y la indiferencia de algunos jóvenes ante las oportunidades educativas hace que la reflexión de Jesús Quintero sea más pertinente que nunca. En estos tiempos de acceso ilimitado a la información, ¿cómo es posible que algunos elijan ignorar el regalo invaluable del aprendizaje? La historia de mi madre, marcada por la autosuperación, resalta la importancia de valorar cada oportunidad educativa, incluso cuando los recursos son escasos.

Este llamado a la reflexión nos invita a apreciar la educación como un tesoro, a no dar por sentadas las oportunidades que se nos presentan y a recordar que el conocimiento, a diferencia de la ignorancia vanidosa, es un legado valioso que transforma vidas.

Este relato es un homenaje a mi madre, quien falleció hace ya varios años y descansa en paz, una mujer que llevó consigo el peso de no haber asistido jamás a una escuela. Aunque la vida le impuso esa asignatura pendiente, nunca permitió que se convirtiera en un obstáculo insuperable. En cada firma de un documento, recordaba con orgullo que, lo había conseguido por sí misma.

A ella, y a todos aquellos que han desafiado las adversidades en busca del conocimiento, dedico estas palabras. Su valentía sirve como faro, iluminando el camino para apreciar cada oportunidad educativa y recordándonos la innegable importancia del aprendizaje. Que este modesto relato honre la resiliencia, el coraje y la transformadora capacidad del conocimiento.


Comentarios

  1. Maravilloso escrito que nos deja un mensaje muy importante e imprescindible. Mi enhorabuena
    "Este llamado a la reflexión nos invita a apreciar la educación como un tesoro, a no dar por sentadas las oportunidades que se nos presentan y a recordar que el conocimiento, a diferencia de la ignorancia vanidosa, es un legado valioso que transforma vidas." Gracias por estas palabras colmadas de fuerza y valor. Un abrazo fuerte y todos mis respetos

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  2. Un texto muy entrañable para mi por lo que significa. En esta vida, siempre se le queda a uno cosas importantes que decir. ¡Yo también estoy orgulloso de lo que conseguiste!

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  3. Una invitación en toda regla para luchar contra el desconocimiento . Siempre tengo en cuenta que la palabra IGNORAR lleva las mismas letras que estas dos : no girar . Quedarse quieto y , como el trompo , cuando deja de rotar , cae . Este mensaje es como la guita de la peonza . Tomemos impulso .

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