El Gorrión: Un Homenaje a Eduardo Gavilán y a la Humildad de la Naturaleza
Imagen de: Fernando da Rosa (Fedaro), bajo la licencia CC BY-SA 3.0.
No es el mejor cantor ni el de más bello plumaje, tampoco destaca por su esbelta figura como la de otros. No es codiciado ni valorado, ni es el más rápido volador. No tiene la majestuosidad de un águila ni el colorido vibrante de un colibrí. No construye nidos elaborados como las golondrinas, ni exhibe danzas de cortejo espectaculares como los pavos reales. Tampoco es conocido por su longevidad o por su capacidad de migrar grandes distancias. Sin embargo, el gorrión produce una empatía digna de destacar.
A cualquiera de nosotros le agrada verlos saltar en esos cortos desplazamientos, acercarse casi saludándonos, rescatar la miga que le hemos proporcionado o se nos ha caído en la terraza de casa o del establecimiento de la calle, estar cerca de nosotros y emprender el vuelo de inmediato como para no molestar. Todos desde niños hemos contemplado esta escena, porque a lo largo de miles de años, los gorriones han evolucionado junto a los humanos, desarrollando comportamientos y adaptaciones que les permiten vivir en estrecha proximidad con nosotros. Este proceso de co-evolución ha sido beneficioso para ambas especies en términos de recursos y supervivencia.
Quizá, en nuestra agitada vida, pasen desapercibidos, quedando solo grabadas las imágenes antes descritas, y algunas características físicas: son aves pequeñas, generalmente miden entre 12 y 18 cm de largo y pesan alrededor de 20 a 40 gramos. Tienen un cuerpo robusto y una cola relativamente corta. Su plumaje es generalmente de tonos marrones y grises, lo que les proporciona un excelente camuflaje en su entorno natural. Pero profundizando un poco en ciertos aspectos de los gorriones, es interesante conocer que la dieta de estos animales es muy adaptable e incluye semillas, granos e insectos. Esta flexibilidad les permite aprovechar las fuentes de alimentos que se encuentran en entornos humanos, como desperdicios de comida y alimentadores de aves.
Nuestro entorno les ha brindado lugares adecuados para anidar, además de proporcionarles protección contra otros depredadores. Es digno de resaltar que las áreas urbanas tienden a tener microclimas más cálidos debido a la actividad humana.
Una cuestión poco conocida es que en entornos urbanos, los gorriones han demostrado una notable capacidad para modificar sus cantos y llamados para adaptarse al ruido ambiental. Algunos estudios han demostrado que los gorriones urbanos tienden a cantar a frecuencias más altas que sus contrapartes rurales, superando así el ruido de fondo generado por el tráfico, la construcción y otras actividades humanas. Esto les ayuda a comunicarse efectivamente con otros gorriones en ambientes ruidosos. A cambio, los gorriones ayudan a controlar las poblaciones de insectos y son una parte importante del ecosistema urbano. Además, su presencia y canto son apreciados por muchas personas.
No siento preocupación por aplicar un estilo depurado; en cambio, siento la necesidad de que lo que digo esté al alcance de todos. De ahí que recurra a enfoques que sé que son atractivos para una mayoría de lectores. En este sentido, a menudo acompaño mis escritos con referencias históricas como recurso atractivo.
En esta ocasión, hago uso de la Biblia y de otros textos: los gorriones se mencionan en varios pasajes, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el Evangelio de Mateo (10:29-31), Jesús dice: "¿No se venden dos gorriones por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos caerá a tierra sin vuestro Padre... Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos gorriones". Aquí, los gorriones se utilizan para ilustrar la omnipresencia y cuidado de Dios.
En la poesía griega y romana, los gorriones a menudo simbolizan el amor y la simplicidad. El poeta romano Catulo escribió un famoso poema dedicado a Lesbia y su gorrión, donde el gorrión simboliza el amor y la cercanía entre los amantes. En el arte romano, los gorriones aparecen en frescos y mosaicos, a menudo como parte de escenas de la vida cotidiana o en representaciones de la naturaleza. Estos frescos se pueden encontrar en ruinas de antiguas villas romanas, como en Pompeya y Herculano.
En el antiguo Egipto, los gorriones a veces se representaban en jeroglíficos y arte funerario. Eran vistos como símbolos de pequeñas cosas cotidianas que aún eran dignas de atención y cuidado. Durante la Edad Media, los gorriones aparecen en iluminaciones de manuscritos. En estos textos religiosos y literarios, los gorriones a menudo simbolizan la humildad y la simplicidad. Por ejemplo, en el "Bestiario de Aberdeen", un manuscrito iluminado del siglo XII, se describe a los gorriones y otras aves con significados simbólicos. Los gorriones también se representan en esculturas y vidrieras de catedrales medievales, a menudo como parte de escenas que destacan la creación de Dios y la naturaleza.
Muchos escritores han mencionado a los gorriones, entre ellos San Agustín, un importante filósofo y teólogo cristiano del siglo IV. Hace referencia a los gorriones en su obra "Las Confesiones", utilizando la imagen del gorrión para simbolizar la humildad y la simplicidad en comparación con la grandeza y la complejidad de la creación de Dios. En uno de sus escritos, San Agustín dice: "El pájaro encuentra su casa y la golondrina su nido donde poner sus polluelos, y yo... ¿dónde encontraré el lugar de mi descanso?" Aquí, menciona a los gorriones en el contexto de una reflexión más amplia sobre el refugio y la seguridad.
Es posible que, de no haber sido por la lectura de un llamamiento a la protección del gorrión, alertando sobre su considerable reducción, este artículo hubiera tardado más en ser tratado. Pero no es nada nuevo si decimos que muchos lectores de este blog sentimos un enorme aprecio por la naturaleza y todo lo que supone, así que aquí les dejo nuestra humilde contribución. Nuestras manifestaciones siempre están justificadas y basadas en hechos, quizá parafraseando las palabras de Santiago, el hermano del Señor: "Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras" (Epístola de Santiago, Nuevo Testamento, pasaje 2:18).
Las utilizo para referirme a Eduardo Gavilán, quien me acaba de enviar un video con lo que viene haciendo desde hace un tiempo. Véanlo, y todo lo que yo pueda manifestar, aunque me esfuerce, se quedará corto. En mi caso, lo reconozco y no estoy en condiciones de dar clases, recomendaciones, ni siquiera alusiones a nadie. ¡Enhorabuena por la iniciativa!

He leído el artículo y me he informado de cosas que no conocia, pero no he podido abrir el video.
ResponderEliminarSi los gorriones supieran leer y ver vídeos, estarían piando Gavilán , Gavilán Chippi Chippi , en señal de agradecimiento . Quién sabe . Voy a estar pendiente , pegando bien el oído . Igual nos llevamos una agradable sorpresa esta mañana de julio .
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