Cultura, Arte y Sorpresas
| Auditorio- Centro Cultural Virgen del Carmen- Estepona | 
Las sorpresas más agradables a menudo nos encuentran cuando menos las esperamos. Eso me ocurrió el sábado, cuando al acercarme a la entrada del Centro Cultural Virgen del Carmen de Estepona, el automatismo de las amplias puertas de cristal se abrieró al detectar mi presencia. Un invento con estupendas prestaciones.
Como ya conocen siempre que puedo acudo regularmente a instalaciones donde considero que se me puede ofrecer un rato de bienestar en este ajetreado mundo; en este sentido, normalmente por algún medio recibo noticias de acontecimientos, sin embargo, no ha sido así en esta ocasión.
Nada más entrar, dejo que mis ojos recorran la ubicación como si fuese la primera vez que lo visitara. Una joven alta, de cabello negro y uniforme azul marino, se acerca con una sonrisa amable para ofrecerme su ayuda. ¿Es cierto que ya se ha trasladado la biblioteca aquí? Con una leve sonrisa que no abandona su rostro, ella amablemente me informa sobre el tema. ¡Es una pasada! La biblioteca ocupa desde la primera hasta la octava planta. Mi curiosidad aumenta y deseo ver las salas, pero por ahora este día está cerrada, aunque la ubicada en el Centro del Padre Manuel continua en servicio y abriendo los sábados, no obstante, subo a la primera planta donde se encuentra una sala infantil, que observo con admiración y fotografío.
| Sala infantil biblioteca | 
Desciendo por las escaleras, las prefiero al ascensor, es una costumbre que practico desde siempre, al mismo tiempo que aporta un beneficio físico. La estancia parecía breve, hasta que una voz interrumpió: ‘Señor, en la planta inferior puede visitar la exposición Dibujar la Modernidad de la Fundación MAFRE. Sonrío y le agradezco la información. Su llamada ha sido providencial, pues me va a permitir permanecer por un tiempo más respirando a cultura. Sin duda se trata de una magnífica profesional que, probablemente disfruta con su trabajo.
Con el deseo de ver la exposición, desciendo con precaución por dos tramos que me separan de las salas convertidas en santuarios de la creatividad; en el hall de entrada varios puestos exhiben libros; pero el arte me llama de modo impaciente, penetro en otra área donde me atienden dos jóvenes con la misma uniformidad que la joven citada, quedan a mi alcance unos folletos relacionadas con el evento que abro y examino superficialmente, al mismo tiempo me informan que este fin de semana es gratuita la visita.
Mas de cien obras se extienden a lo largo de varias salas, que representan a genios universales de la talla de Picasso, Dalí, Miró, Klimt, Degas, Sorolla o Rodin y muchos otros. Mientras avanzo lentamente, leo las sinopsis de cada obra y autor. Frente a estos gigantes del arte, no puedo evitar sentirme pequeño, como un espectador humilde ante un desfile de mentes prodigiosas. Allí están, en eterno silencio, bañados por una luz tenue que parece susurrar las historias y emociones, invitándome a interpretar lo que un día soñaron transmitir.
Los minutos han transcurrido con la brevedad de un soplo de aire, sumido en los pensamientos de lo que acabo de contemplar. Al pasar por la mesa de información, saludo con un leve gesto y me despido. Nuevamente en el entorno de libros, varias personas conversan con los libreros, y a espaldas de estos un amplio acceso insinúa otras salas. En la parte superior, grandes letras indican su función: 'Conservatorio'. Sin dudarlo, la traspaso y comienzo a explorar el espacio que se me presenta: magníficos recintos acristalados, uno al lado de otro, que imagino insonorizados, habitaciones amplias, libres de objetos inservibles. Al igual que las anteriores, pintadas de color blanco, quizás en un tono conocido como blanco roto. Aunque las luces de su interior están apagadas, puedo intuir que serán apropiadas. A mi izquierda, diviso entre cristales limpios y transparentes un auditorio donde algunas personas ya están sentadas. Me dirijo hacia el punto y me sumo al acontecimiento. Unos cómodos y bonitos sillones adornan el lugar, ocupados por decenas de personas. En la parte inferior se presenta una estampa de ensueño: el entrevistado y la entrevistadora, con un fondo de mar. No se trata de un mural, sino de una incomparable panorámica natural.
| Conservatorio de Música | 
El escritor Andrés Trapiello, invitado de la jornada, desgranaba en un tono de voz sereno las preguntas que se le planteaban, salpicando sus respuestas con comentarios simpáticos que provocaban sonrisas entre los asistentes. En ese ambiente idílico, permanecí inmóvil, completamente atento al contenido de sus palabras, que abarcaron temas como libros, biografía y anécdotas personales. Al finalizar la conferencia, disfruté aún de unos momentos observando cómo dedicaba su firma a numerosos asistentes que adquirieron sus libros.
Al abandonar el Centro Cultural, llevo conmigo la sensación de haber viajado a través del arte, las palabras y los espacios. Ese regalo inesperado transforma mi día, recordándome que incluso en un mundo lleno de prisas, la cultura nos ofrece un sosiego, la inspiración y el sentido de lo esencial.
Mi intención es compartir con ustedes eventos culturales, tanto de nuestra ciudad como de otras, para que podamos disfrutar y apreciar juntos la riqueza cultural que nos rodea.
ResponderEliminarComentario de Matías: Un referente para otros Ayuntamientos
ResponderEliminarMatias, Ceuta, Estepona y Algeciras apuestan seriamente por una proyección cultural.
ResponderEliminarMucho para tan poco.
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