La llama de una vela  De un tiempo a esta parte, he vuelto a refugiarme en los clásicos: Balzac, Goethe, Lope de Vega, Calderón, Rafael, Da Vinci, Tiziano… Todos ellos, desde distintas disciplinas —literatura, pintura, escultura o incluso ciencia—, nos invitan a mirar el mundo con ojos atentos. Goethe, por ejemplo, escribió una obra fascinante sobre la teoría del color, en la que explicaba cómo percibimos la luz y los tonos que nos rodean. Inspirados por esa mirada curiosa, hoy quiero proponer un pequeño experimento cotidiano: observar una vela encendida. Aunque parezca simple, su llama encierra una sorprendente variedad de fenómenos. Si la observamos con atención, descubrimos que la llama no es uniforme. Tiene varias zonas con colores y comportamientos distintos. Cada una nos cuenta algo sobre lo que está ocurriendo. Partes de la llama  	 Zona 	azulada (parte inferior, junto a la mecha):  Aquí 	la combustión es más eficiente. El oxígeno del aire todavía no 	se ha consumido del t...